José Noé Mijangos Cruz
El debate entre los candidatos a
la Diputación Federal por el 7mo. Distrito, llevado a cabo este domingo 16 de
mayo en Ciudad Ixtepec, dejó espacios que no se aprovecharon para la discusión,
pues el molde que se usó para replicar al contrario, sólo sirvió para repetir
lo que ya se había dicho, situación que tuvo derroche, incluso, en el cierre
asignado por cada ronda.
El formato fue plagado de
formalismo institucional, al participar el vocal distrital, figura pública que
estaba de más en este debate, pero que se comprende en una región donde el
“culto a la personalidad” es requisito indispensable. También estuvo lleno de
“agradecimientos” inútiles que impiden ir al grano y someter sin más preámbulo
a los contendientes: únicos protagonistas que deberían ser quienes recibieran
los reflectores de esa organización; organización que a la postre fue ramplona.
Las preguntas encerraban lógicas de docencia universitaria, que decantaban en ingenuidades que hizo que los participantes se acartonaran, leyeran, fueran pragmáticos y usaran discursos trasnochados, plagados de imprecisiones y se desaprovechara el lenguaje disruptivo, moderno, contemporáneo. Los candidatos, carentes de discurso de alto nivel, que se advertía desde que se quedaban con ganas de encubrir a sus pares, hizo que este ejercicio se quedara en la estética de las apariciones, aunque naufragaran la argumentación, la discusión, las razones.
Los “cierres carreteros” sigue siendo para los candidatos a la diputación federal del séptimo distrito, “tema tabú”, pues se nota cuando el candidato de Movimiento Ciudadano, Román Bernal, recurre a la represión, excluyendo la legitimidad y poniendo en su discurso la legalidad chata y ruin que no ha tenido éxito en las negociaciones con los actores sociales que cierran las carreteras de manera sistemática. La candidata de Fuerza por México, Gabriela Agustina García Matus, evita tocar el tema porque ve la situación sin categorizar los reclamos sociales, sólo confirma la carencia económica, que no dice nada nuevo. Los candidatos Óscar Toral Ríos de la Coalición “Va por México”, y José Antonio Estefan Guillessen, de la Coalición “Juntos Haremos Historia” no ofrecen soluciones a los reclamos sociales: se sientan en la conveniencia de generar remedios que continúen con la secuencia de seguir provocando tal nivel de conflicto social.
En cuanto a la “Educación”, que en la pregunta se advierte una “melancolía meritocrática”, los candidatos pasaron del academicismo a la ocurrencia. Incluso Pepe Estefan, de manera subliminal, amenazó con revertir la “reforma educativa” que en este sexenio se echó abajo. Este mismo candidato de la Coalición “Juntos Haremos Historia”, se refirió a las “becas” pidiéndoles algo a cambio: “que los estudiantes comprueben que avanzan académicamente”, situación que en este sexenio es prácticamente un “crédito a la palabra”; política federal ésta, que consideramos la mejor opción. Mucho ojo, porque revisar la Ley General de Educación, tal y como lo propone Pepe Estefan, implicará estandarizaciones escasamente consecuentes con el contexto del sur del país.
El candidato a diputado federal Óscar Toral Ríos, demostró escasa familiaridad para su exposición en medios de comunicación. Esa situación escasamente técnica, lo expone en un momento determinado en mimetizarse con el contexto y le favorezca la adhesión cautiva de votantes o aleje un volumen histórico de votantes que le hubiera permitido ganar estas elecciones federales.
En el tema de los “pueblos originarios”, la tónica demostró “posturas arribistas” que esperaban hablar bien de los grupos indígenas, hacer de las “acciones afirmativas” sus banderas políticas; tuvo lugar la anécdota, la adhesión por sistema, la simpatía hipócrita y la demostración de ocuparse de los buenos oficios legislativos, como si en realidad tuvieran alcances novedosos, más allá de lo que está haciendo en estos momentos el poder judicial: especialmente el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Por último, en el tema de la “economía regional”, muchos “aspavientos” recalaron entre los candidatos; uno de ellos fue Román Bernal, de Movimiento Ciudadano, asegurando que la inversión debía quedarse entre las empresas y mano de obra nativa. Óscar Toral, por su parte, denunció las trabas que se les impone a los empresarios locales en la construcción de autopistas, aparte de quejarse de las empresas extranjeras, privilegiadas por este régimen presidencial, en muchos de los casos. Ya hemos dicho, en muchas participaciones, que hace falta fundar el Senado estatal, el Senado Regional del Istmo y los senados municipales, para pagar el derecho de piso a la federación y que la Inversión Extranjera Directa se quede en la región del istmo.
El “quienes son los candidatos”, podría evitarse dentro del formato del INE Ixtepec, con medios audiovisuales previamente editados. Creemos que los estudios académicos son inútiles, cuando se están proponiendo dichos candidatos por el “principio de representatividad”, en donde cualquier ciudadano puede optar para encarar esa responsabilidad, sin mayor trámite, sin asomo de ascensos educativos apologéticos.
