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José Noé Mijangos Cruz
A Miguel
Barbosa, actual gobernador de Puebla, le sale lo “mocho” al declararse temeroso
de las leyes divinas. El comentario sobre el robo de la gubernatura de Puebla
de parte de la pareja Moreno-Alonso, lo realiza ya en funciones, cuando no
existe necesidad de hacer que el bochorno personal se considere parte de su ego
lastimado, en donde puede mandar el mensaje equivocado de que buena parte de
sus electores duden sobre las decisiones que se deben considerar en esa entidad
federativa con un mandatario estatal a la altura de las circunstancias. Tal y
como lo he declarado en “twitter”, así como en trabajos publicados con
antelación en otros medios de comunicación, la “democracia bizarra” que el
matrimonio de Martha Erika y Rafael habían trazado según el Proyecto
Transexenal que Barbosa en su momento denunció, iba a dar como resultado sólo
una suspensión concluyente de que Barbosa terminaría por suplirlos en la temporalidad
que fuera necesaria.
Sólo era
cuestión de tiempo el cómo llegaría Barbosa a gobernar Puebla, mimado como
estaba del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), considerando además
que la pareja Moreno-Alonso había usado mecanismos que lindaban en la
clandestinidad de acciones electorales encubiertas de malicia, atrevimiento y
picardía subsidiaria, justo cuando López Obrador se encontraba queriendo obtener
el triunfo contundente que llevó a 30 millones de ciudadanos a elegirlo para
que surcara su afán de gobierno sobre los próximos 6 años.
e-consulta.com |
La expresión
“calladito te ves más bonito”, le luciría a un Barbosa que presume su triunfo
después de consumarle un robo artero en su perjuicio, en tiempos en donde 1) su
mandato constitucional apenas comienza, 2) la preferencia hacia su gobierno se
encuentra en el limbo legislativo después de detener la “Ley sobre
despenalización del Aborto” y en donde 3) el matrimonio entre personas de mismo
sexo recorrió el velo santiguado de un gobernador carente de definición
política. La “vístima” de Barbosa llega en un tiempo en que su persona no se
sabe si alcanzará la culminación de su periodo de gobierno, cimbradas como
están las cosas en materia de política bulliciosa, y en donde la “buena fe” no
alcanza a detener la ola de linchamientos sobre gobernantes a los que se les
soltó la lengua y por inoportunos pierden la ubicación preferencial de sus
propias huestes arribistas.
Puebla y
Veracruz se encuentran en la mira del periodismo fiscalizador por el vaticinio
de que los gobiernos fallidos se pueden repetir en esas dos entidades de alto
riesgo, incompetentes para 1) frenar los abusos a la inversión especulativa, 2)
desarrollar la economía con incentivos de alto rendimiento, 3) cubrir las
ventajas comparativas con respecto de las entidades federativas de mayor
rendimiento ocupacional, 4) obtener la paz pública a partir de hacer reversible
el asentamiento de grupos delictivos, y 5) cubrir generosamente de educación
para la paz desde resultados creíbles después de cómo su población sigue
insistiendo en el actuar fuera de la Ley, entre otras consideraciones.
milenio.com |
Hacerse la “vístima” hace parecer a Barbosa como
aquel gobernante que le atribuye a la gente de Puebla su condición desmemoriada
sobre traumas e intrincaciones del pasado reciente que ya habían logrado
superarse en la persona de su propio gobernador, poblanos que ahora piensan con
total justicia que siguen teniendo a un gobernante que así como piensa las ocurrencias
las expresa porque considera que es su derecho a dejar las cosas en claro,
aunque sea irresponsable su dicho y lo aleje de su ocupación más trascendente
de su vida política: “olvidar lo inevitable y recordar lo exigente”.
Twitter: @JNMIJANGOS
(Publicado en +Noticiasnet.mx Voz e Imagen de Oaxaca, 15/10/2019, p. 6A)
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