EL JUCHITECO QUE REVICTIMIZÓ EL COVID-19

José Noé Mijangos Cruz

Daniel López Regalado/larepublica.pe

Aislado para resguardarse de las secuelas del contagio en esta emergencia sanitaria, Daniel López Regalado, médico juchiteco, también se resguarda de una denuncia en su contra, interpuesta ante la FGR por el Apoderado Jurídico del Hospital Regional Presidente Juárez del ISSSTE en Oaxaca. Un caso particular de “revictimización” que sólo basa sus pretensiones de linchamiento a partir de “hechos” presumibles y que la FGR tiene que investigar para no caer en el esquema de “valores entendidos” con el que instancias públicas intentan congraciarse cuando las mayorías afectadas se ven favorecidas por los hechos imputables de un presunto trasgresor en solitario.

Que sea médico y que sea del sector salud, llevó a López Regalado a ser el blanco perfecto de, entre otros, el sindicato del personal sanitario a quien se le solicita su intervención mediante un oficio dirigido a su delegada. No es casual tampoco, que la manera en como los funcionarios estatales se han manejado, esquema en el que cae López Regalado, sea de excesiva presunción de tráfico de influencias; un estilo fenoménico que los pobladores de Oaxaca venimos sopesando desde la atención en los servicios públicos, hasta el afán de privilegio que estos funcionarios pretenden devengar en el ánimo de los gobernados.

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Pero lo que está de por medio en esta columna, es la “revictimización” que el personal del sector salud acometió contra este funcionario; es decir, la acción temeraria de llevar hasta sus últimas consecuencias una situación que se pudo manejar profesionalmente, sabiendo que Daniel López Regalado llevaba el control sanitario en la región del Istmo y que por esa función aglutinaba información relevante sobre la atención oportuna, eficiente y eficaz sobre la probabilidad de contagio en esta zona. Además, su llegada al Hospital Regional Presidente Juárez del ISSSTE, como paciente infectado por la pandemia de nuestro tiempo, fue consecuencia de una actividad profesional derivada de sus funciones y no producto del ocio y sí del azar.

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Al ser “revictimizado”, López Regalado también evidenció la situación de sobreestimación que guarda el personal médico y de enfermería, que pudiendo encontrar una manera sugerente de proyectarle al paciente el protocolo de actuación en la fase de inoculación del coronavirus en el organismo, prefirió seguir una secuela procesal legal que se encuentra en su fase investigativa. Afectar a un paciente bajo argumentaciones de haber cometido un ilícito, es muy probable que para el caso particular del que dirigía la Jurisdicción sanitaria No. 2, se haya incurrido en una decisión errática respecto de la “iatrogenia” a la que se debe el sector médico en su conjunto.

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Las redes sociales se encargaron de pormenorizar una serie de morbos respecto del cómo nos pudiéramos sentir, que en el Istmo, uno de sus hijos, especializado en el tema, se comportara de manera desatenta con el personal médico y hospitalario que lo atendía ante la crisis sanitaria en la que los gobiernos se empeñan en insistir respecto de su prevención, no obstante que como lo dijera el intelectual francés Thierry Meyssan el pasado 7 de abril: “La política de híper precaución de los dirigentes políticos puede entonces volverse contra ellos” (Pánico y absurdo político ante la pandemia).

Twitter: @JNMIJANGOS

(Publicado en +Noticiasnet.mx Voz e Imagen de Oaxaca, 16/04/2020, p. 6A y en El Heraldo de Coatzacoalcos 16/04/2020, p. 14.)