TRUMP: CRÓNICA DE UN TRIUNFO ANUNCIADO (POR MÍ)
José Noé Mijangos
Cruz
En materia social, la predicción
puede moverse sobre canales de validez o confiabilidad, objetividad y
autenticidad; sobre todo si de comunicar algún ensayo libre a los estudiantes
se trata, pues serán evaluados técnicamente por estas características al salir
del laboratorio del aula, para contrastar en campo sus apreciaciones sobre el
tema. La sociedad mexicana, temerosa de perder su certidumbre financiera, que
ya de por sí es volátil, envió a sus intelectuales a presumir la moral alta de
este país, para secundar la idea descabellada de parar la candidatura de Trump,
en ascenso vertiginoso.
Es así como el 5 de marzo de este
año, denuncié en otro lugar tal nivel de proclividad, con la siguiente
expresión: “… muchas
familias mexicanas se vistieron de privilegios que sonaban a diplomacia
profesional, academia densa o banqueros o empresarios en formación, desde la
condición de tránsfugas hacia el país al que ahora le disputan refuerzos
nacionales para atacar a un provocador Donal Trump.” Tal opinión
la di a un blogger en donde los comentarios de los columnistas demostraban en
un primer momento, parcialidad, adhiriéndose abiertamente a la causa de Hillary
Clinton. Posteriormente, la opinión de los colaboradores de ese blogger se fue
equilibrando, mientras la elección estadunidense se encontraba transitando al
día de la elección.
En ese artículo que me publicaron con el título: “Donald Trump y su relación con la clase media complaciente en México”, indudablemente que atacaba a una especie de legión que en ocasiones llevaba el nombre de Enrique Krauze y en ocasiones se perfilaba con la pluma de Jesús Silva-Herzog Márquez. Aquella versión mía decía, en ese entonces: “La clase media creció con una madurez pírrica y el lujo se vivió con exquisiteces que se exigían cuando la moderación los quiso limitar en sus atributos de formación consolidada. Nada los detuvo, ni su fe por acreditarse como un proyecto de vida que sirviera como condición renovadora en las etapas de cambio. Fueron los primeros en todo, beneficios al consumo, créditos financieros, programas asistenciales que acrecentaron sus bases clientelares, concesiones, inversiones bursátiles, tolerancia a los regímenes burdos que se aprestaban ganancias en negocios personales y ‘producciones cinematográficas de ficheras’, de paso. No hicieron nada por revertir el modelo económico de la oscuridad terminológica basada en la competitividad petrolera, no metieron las manos por los que seguían en la desventaja social, no intervinieron en la educación, más que para engrosar presupuestos de la investigación y la literatura que de alternativa tenía el temor de atacar sistemas políticos y desprenderse de sus cosechas emblemáticas que los premios les habían acrecentado. Pero, ahora, sus vástagos, prestos a seguir cosechando en esta aldea arquetípica, azuzan, emborrachan a sus huestes ‘queda bien’, desde las redes sociales y piden que callemos… (a Trump).”
El 29 de septiembre pasado, fui más enfático al producir argumentos que permitían entrever las debilidades de una candidata demócrata en descenso. Pasado el primer debate, me atreví a ubicar esta proyección electoral de un equipo de campaña que trastabillaba para imponerse al desenlace por el que su partido había apostado. En esa ocasión, con el título “Hillary y la sensiblería mexicana”, acuñé la siguiente frase: “Hillary, podría situarse en una trampa en la que los ‘gringos’ no desean caer otra vez: lo correctamente presentable, lo ligeramente presumible, pero que peca de retórica cadenciosa y estrategia voluptuosa: consideraciones que los votantes de ese país destinan a los países latinoamericanos, miserablemente vividos y comidos... 'El influyente nunca será influido por el influenciado’. Es una ley de hierro. Y funciona para Estados Unidos. Sus aparatos de influencia en las redes sociales son importantes. Trump le regaló a Hillary muecas gustosas de placer... Eso es lo que pretende fabricar el equipo de la Clinton: hacernos creer que Trump perdió el debate por sus gestos: una burla más del equipo de Hillary, disponible sólo en versión latina, dirigida a una mexicanidad sensiblera y acrítica.”
Terminé aquél trabajo con la
siguiente sentencia: “Los
latinos no son Norteamérica, que nos quede claro a los mexicanos. ‘L’Afrique
commence aux Pyrénées’, también es aplicable en América.”
Twitter:@JNMIJANGOS
(Publicado en +Noticiasnet.mx Voz e Imagen de Oaxaca, 10/11/2016, p. 7A)
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