domingo, 9 de abril de 2017

EL SENADO OAXAQUEÑO

EL SENADO OAXAQUEÑO

José Noé Mijangos Cruz



Muchas cosas empiezan a tomar sentido cuando se platican desde necesidades particulares. El Senado oaxaqueño es una necesidad, ahora que para algunas de sus regiones se empieza a proyectar la inversión extranjera directa (IED). El Istmo de Tehuantepec por ejemplo, se considera ya no un polo de desarrollo, sino una exponencial Zona Económica Especial (ZEE), y eso repercute en estrategias de participación intermunicipal, semejante al caso chino. Un Senado oaxaqueño, daría la posibilidad a nuestra entidad, de ya no depender de la política exterior del Senado mexicano. Plantearía nuevos retos al Estado mexicano e innovaría en políticas de proximidad con su base gubernativa delegada: Oaxaca, siempre creativa en su política de resistencia.


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De considerarse la creación de un Senado oaxaqueño, se tendría que pensar de entrada, en ocho representantes que involucren las iniciativas de las regiones de la Cuenca, la Costa, la Mixteca, el Valle, Las dos sierras, la Cañada y por supuesto, del Istmo. La mayoría relativa (MR) aquí, se tendría que hacer realidad con esta curia, única en su tipo, que le daría a los demás estados la posibilidad de perseguir los mismos intereses en proyectos de inversión en donde se necesite la emancipación de la política internacional que hasta ahora es un privilegio de la Cámara de Senadores Federal. Otros tres senadores por el principio de representación proporcional (RP) se deberían sumar para lograr un cuarto del actual congreso local, si seguimos la proporción poblacional entre el congreso federal de 500 legisladores y el Senado mexicano que cuenta con 128 legisladores.

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La figura del organismo “intermunicipal” que se le ocurrió a China, promueve una política de proximidad, como ya lo decíamos líneas arriba, que consulta y faculta a los gobiernos municipales para que determinen contextualmente (en su propio ambiente) las razones de peso que pongan a los “bienes de capital” como prioritarios para distribuir sus utilidades de manera equitativa al mismo ritmo que el trabajo (mano de obra local) aporta sus rendimientos ocupacionales. El Senado oaxaqueño, podría sustituir a los “organismos intermunicipales” chinos, basándose en una consideración occidental de la que ya disponemos en proporción sobrada los que cohabitamos en sus fronteras con países industrializados que mueven capital en volúmenes altos. Aunque el know-how (saber cómo) chino, podría dar mayores visos de ataque frontal a los problemas que el comercio internacional implica.

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Desde hace mucho, desmarcarse de la federación, fue el comienzo de trabajos pioneros en los Estados Unidos de Norteamérica para generar iniciativas de mercados que pudieran aportar capital inmediato y permisos especiales para que parte de las utilidades de esas inversiones pudieran regresar al capital de origen con el permiso del organismo que se encuentra facultado para autorizar esa repatriación del capital extranjero: el senado local. Incluso, exagerando un poco esta situación, y pasando a crear el Senado municipal, garantizaría una gobernanza eficaz en los niveles inferiores, siempre subestimados y hasta ahora dependientes de la gracia que le conceda el gobierno oaxaqueño o la federación.

Energía eólica

Sin un Senado oaxaqueño, las empresas eólicas instaladas en el Istmo de Tehuantepec, propiciaron un banquete majestuoso que colocó a los “bienes de capital” en su ventaja comparativa y competitiva que sólo beneficiaba sus inversiones, y en donde la federación colocó a su organismo de energía (Comisión Federal de Electricidad) como la única legitimada para hacer de los kilovatios, la tasa de compra subrogada en favor sólo de sus intereses captados como riqueza nacional, pero nunca resarcidos a las regiones que la propician.


Twitter: @JNMIJANGOS


(Publicado en +Noticiasnet.mx Voz e Imagen de Oaxaca, 09/04/2017, p. 6A)