viernes, 6 de enero de 2017

LA MANZANA DE LA CONCORDIA

LA MANZANA DE LA CONCORDIA

José Noé Mijangos Cruz

Resultado de imagen para videgaray


Mientras se buscaba un culpable sobre la relación diplomática precaria con la administración Obama-Clinton, la renuncia de Luis Videgaray a la Secretaría de Hacienda a principios de septiembre del año pasado, sonó a una mala lectura política sobre la visita de Donald Trump a Los Pinos el último día de agosto. Videgaray podría ser, si se quiere, la primera figura de este milenio en México, cuyo carácter de reconciliación nacional se reestructura desde una coyuntura de crisis semejante a los Pactos de la Moncloa que le tocó regir a Adolfo Suárez en la España que había dejado como saldo la dictadura de Francisco Franco.

Desde esa perspectiva, México se moderniza a partir de una aventura de sensación aperturista en cuanto a fijar la agenda fronteriza con los Estados Unidos, sin que se convierta esa relación sólo en una emblemática relación oficial, pues recordemos que con el país vecino del norte nos une no sólo la política de las instituciones, sino también la política de coyunturas y de contextos dinámicos. México se sobrepone, con la llegada de Videgaray a la cancillería, a esa condición de incidencias que deben ser superadas en tiempos exigentes.

Resultado de imagen para videgaray


El saldo sobre una mala percepción de los actores políticos y sociales mexicanos a partir de un candidato a la postre triunfador como Trump, hizo que otra vez se situara a la latinidad como un sector fácil de convencer y difícil de adaptarse a novedosos esquemas de cambio político e innovación electoral. Eso facilitó las cosas a la Presidencia de la República para buscar un chivo expiatorio en el que recayera toda la marginalidad de su posicionamiento en el mundo, al hacer muy peligrosa la apuesta al candidato republicano, luego de la negativa de Hillary Clinton de venir a visitar México en plena campaña por la presidencia de los Estados Unidos.

El regreso de Videgaray, precisamente a la Secretaría de Relaciones Exteriores, una cartera clave para volver a la diplomacia mexicana de empuje, como lo fuera hasta antes de la llegada del foxismo, hace de esta resolución práctica en el gabinete mexicano una “manzana de la concordia” que seguramente ya debe perfilarse como interesante para la diplomacia norteamericana a catorce días de que tome posesión Donald Trump. En el foxismo, donde por primera vez la diplomacia mexicana logró instanciarse como una agencia del presidente en persona, y faltarle a su deber profesional, México no descolló como una nación ejemplar en materia de “seguridad hemisférica”, pues siendo integrante invitado al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, el extinto embajador Adolfo Aguilar Zinser no pudo evitar la intromisión de Vicente Fox sobre la decisión última que tomó México respecto de la guerra en Irak que la administración Bush buscaba implantar en aquel país del Medio Oriente.

Resultado de imagen para videgaray


La diplomacia mexicana ha sufrido un severo revés desde aquella época, y por eso se comprende la versión que ahora ofrece Videgaray al asumir la responsabilidad de la Cancillería con la aceptación del cargo en Los Pinos, mencionando que viene “a aprender de los diplomáticos mexicanos”. Leyendo con precisión ese discurso, sumado al de “no sé nada de diplomacia”, el mensaje que envía es de volver a empoderar la fama que la diplomacia mexicana demuestra en las cumbres internacionales y convenciones estratégicas, para ocuparse Videgaray en el tiempo que ejerza ese puesto en devolverle a esa carrera la proyección vigente de consolidar los recursos que México ofrece en sus relaciones políticas y comerciales a otros países, resaltando los Estados Unidos de América por ser el principal proveedor de transferencias comerciales en el mundo y su no menos importante condición para con nuestro país de compartir colindancias naturales.

Para algunos analistas que sostuvimos férreamente que Trump vencería en la jornada electoral que decidiría la ganancia a la presidencia de Estados Unidos, en más de una ocasión también sostuvimos una vez conocido el resultado de la elección, que se le debían ofrecer disculpas a Videgaray por la petición de renuncia inoportuna a la Secretaría de Hacienda, cuando se le adjudicaba a él de impropia la cercanía de México con los entonces candidatos presidenciales de aquel país. Las disculpas se ofrecieron, aunque a Claudia Ruiz Massieu no le simpatizó su salida momentánea del gabinete presidencial.


Twitter: @JNMIJANGOS

(Publicado en +Noticiasnet.mx Voz e Imagen de Oaxaca, 06/01/2017, p. 7A)

No hay comentarios. :

Publicar un comentario