José Noé Mijangos Cruz
El sociólogo Daniel Bell
profetizó inversiones cuyo germen para el abatimiento de la clase marginada y el
surgimiento de la clase media en regiones con desarrollo precario, en realidad
decantaría en lugares con densidad demográfica cuya primer mundo no estaría a
la vuelta de la esquina, pues el “pero” para las regiones no occidentalizadas
van desde reservas de su población adyacente hasta el servilismo que el
desarrollo tecnológico seduce en los lugareños. En política, el debate se
centra hoy en la construcción de Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de
México (NAICM). Carlos Slim defenestra la versión de López Obrador y no le concede
el espacio para debatir la continuidad del proyecto, debido a la prolongación
de años en el que se ha consolidado esta inversión, pretendiendo agotar la
discusión en los actores políticos en campaña dada la calidad eventual para
ocupar la presidencia de la república.
Lo interesante sería que los “5
millones de habitantes de la zona más pobre y abandonada de la zona
metropolitana del Valle de México, en 10 o 15 años (crecieran como) clase
media” a partir de este complejo comercial que en voz de Carlos Slim el NAICM
detonaría. Juan Goytisolo llamó a los poderosos que se han crecido en áreas
metropolitanas homogéneas, los “nuevos ricos”, en contraposición a los “nuevos
pobres” que rivalizan sus intereses con los poderosos creando comunidades cultas
de transferencia económica y migración ritual. Éstos últimos, no han perdido la
fe de conseguir asideros económicos sin perder sus costumbres ancestrales, pero
de eso a convertirse en “clase media” (Conjunto social integrado por personas
cuyos ingresos les permiten una vida desahogada en un mayor o menor grado) existe
una diferencia semántica.
El desarrollo económico visto
como una mano de obra barata que sólo será convertido en trabajo mecanizado que
admitiría “microprocesos” (algo así como el verbo lanzado desde un dependiente
de cajas en un supermercado pasando inspección a los productos comprados:
“¿Hasta aquí llegan sus productos?, ¿desea una recarga?, recibo un billete de
200 pesos) haría residual la calidad de vida, pondría en entredicho los
ascensos a puestos de percepción alta y reduciría a la clase media a un
operario uniformado que demuestra pulcritud durante su servicio para sólo
regresar a la pobreza en su “villamiseria”, “rancho” o “ciudad perdida”. El
Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) no debería ser obstáculo para
regresar a la iniciativa privada toda la operación de este mega proyecto. Carlos
Slim peca de “entrópico” (nada puede regresar a su cauce original por los
mismos procedimientos que propiciaron lo actual) y en ese trance le otorgo más
certidumbre a la versión del AMLO neguentrópico (que no el Mesías tropical como
le pusiera Enrique Krauze).
López Obrador no sólo debe entrar
al debate de la construcción del nuevo aeropuerto, sino que debe delimitar ya,
desde este momento, su aporte neguentrópico (todo se puede adecuar, reformular,
discutir, reconducir para que el trabajo terapéutico en las clases pobres pueda
volverles la posibilidad de un proyecto de vida integral, congruente con el
desarrollo del país e incluyente como situación humana imprescindible). No
abona a la asertividad discutir la construcción del nuevo aeropuerto desde la
exclusión de actores políticos que generan con su postura ideológica una idea
de nación desde la campaña electoral. Por supuesto que esta idea que se le
antoja a una buena parte de la clase empresarial de México como una postura
rupturista, desatiende la construcción de una verdadera República, desde las
voces más complejas que se tornan poderes públicos en el futuro inmediato.
El “tren del mame” podría descargar ante este
impulso ensordecedor que el liderazgo de Carlos Slim representa, la versión
aquella de que su cámara no enfoca a los nuevos pobres, tampoco enfoca a los
liderazgos políticos (igual de poderosos que él), no enfoca a López Obrador
pues lo tilda de metiche en asuntos que la empresa y el gobierno ya han
arreglado a largo plazo, no enfoca a los despachadores de billetes de vuelos
comerciales que ahorrarán toda su vida para utilidades frívolas. Su cámara sólo
enfoca a cierta clase política que le daría continuidad a las inversiones de
alto calado, sin cambiar el panorama social y sin preservar el panorama
cultural. Su cámara enfoca al México delimitado en círculos concéntricos
estratificados y desenfoca lo que no le suena ordenado al modo en donde las
inversiones que se alquilan en el mercado internacional requieren de la
formalidad de un lenguaje especializado, occidentalizado y no promiscuo.
Twitter: @JNMIJANGOS
(Publicado en El Universal http://www.eluniversal.com.mx/articulo/noe-mijangos/nacion/ante-el-naicm-la-camara-de-slim-no-enfoca-nuevos en +Noticiasnet.mx Voz e Imagen de Oaxaca, 23/04/2018, p. 6A)
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