domingo, 30 de octubre de 2016

ISTMO 2.0

ISTMO 2.0

José Noé Mijangos Cruz



La alfabetización para la cultura digital (Web 2.0), es una categoría de estudio en las humanidades, que se viene imponiendo después de saber que lo que se publica en espacios digitales de información que circulan en redes, adquieren tonalidades de discusión donde lo rutinario se alquila en un sinfín de proyecciones de la personalidad que en muchos de los casos terminan en linchamientos o actos precipitados de estilos de aprendizajes que distan mucho de la moral guardada o, por lo menos, reflexionada.

El Istmo de Tehuantepec, es otra categoría que brinda una referencia obligada cuando se habla de Oaxaca, que sus habitantes se han ganado el mote de subversivos o en resistencia permanente, lo que lleva a varias preguntas que el entorno social en el que se cultiva esa categoría istmeña brinda sin rascarle tanto a la imaginación. Algunas reflexiones en torno a los istmeños, podrían llevar a las siguientes: ¿Qué vientos circulan por el Istmo de Tehuantepec, con qué intensidad y persistencia producen arraigo a la tierra brindada a sus habitantes? ¿Qué cultivos se dan en este espacio que la intemperie hace brotar, tan resistentes, eficaces y de máximo beneficio para el habitante común del Istmo de Tehuantepec? ¿Qué actividades artesanales llevan acciones milenarias de predominio cultural en una tierra competente, pero en donde no se propicia su entrega si no se discuten sus impresiones al calor de los discursos y dicharacherías de los comuneros o campesinos emergentes?



Abordaremos en las próximas líneas, un dilema para la generación 2.0 que ya despunta, aunque desconociéndose sus alcances, con el fin de provechar los acontecimientos que se estilan en esta región altamente productiva:

Cierres carreteros: no se sabe su origen, en cuanto si fue esta región quien lo implementó por primera vez. Lo único que cobra relevancia, fue el movimiento conocido a nivel internacional como COCEI (Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo), que orquestó una manera latente de incomodar a los regímenes federales, de ahí su importancia visceral, pues fue un movimiento político, en parte, que desestimó al gobernador del estado de la época, y consideró encauzar su lucha a niveles de regímenes federales; aunque ya institucionalizado, no pudo utilizar discursos occidentales, dado su apego a la lengua original (un caso discutible en el Senado mexicano fue el de Héctor Sánchez López, limitado en su discurso de alcance nacional, sin asesores o con la asistencia de ellos, lanzaba unas opiniones ante el pleno, desordenadas, sin estructura y con una tonalidad provincial, localista y triunfalista).

En la actualidad, los cierres carreteros, haciendo a un lado a sus liderazgos, son suministros de voces no acalladas, que han superado los subsidios y que se deslindan en muchos casos, de rutinas contemplativas de los que manejan los recursos en proyectos en donde no se admite al grueso de inconformes, se les condiciona su participación o se les envía un mensaje de exclusión o temeridad. En la versión “Istmo 2.0”, la lucha es de una clase media que no se conforma con tener líderes, sino que de ser necesario superarlos, los sustituye por exigencias de nuevo contenido social. De hecho, se ha colonizado al Istmo de Tehuantepec, sin tanta exigencia, pero esos reducidos espacios de no intervención sin la completa tonalidad comunal, hacen de esta región, el último resquicio de participación prodigiosa, al grado que les podemos leer la mente a los mismos inversionistas cultos que pudieron haberle atribuido lo siguiente: “Sus habitantes no se dejan tan fácil, por lo menos piensan más de una vez alguna propuesta de inversión, son amables pero no permiten una cláusula que les condicione sus prácticas acostumbradas, pues la pueden desconocer de improviso. Sus razones hablan por varios siglos de tolerancia fundacional, les gustó esta tierra incierta, prodigiosa, amable con ellos y difícil para los extraños. Sus ritmos de vida son cautelosos, no tienen prisa por reconocerse en ellos mismos como los privilegiados del disfrute emocional a través de su lenguaje culto, místico, sincrético, donde el erotismo vive las lisonjas de la costumbre por la naturaleza y los pasadizos secretos que los animales y las plantas les han inculcado, y ellos se desvelan por atesorarlos en un inaudito contorno de sentencia al que aspiran con la muerte.”



Más que desdeñar lo que algún cierre carretero proclama con su estadía, podríamos reflejarnos en ello como la condición de ruptura con la rutina. En el Istmo de Tehuantepec no se trabaja en horas tiempo o en horas hombre, sino en dimensión cultura (atreverse, con picardía, como si la vida nos llevara años de incertidumbre en su regocijo, el lugar en donde se manifiesta la grandeza ante la miseria y se retrocede en el tiempo sólo para que ese impulso motive una negación de lo que fue obstáculo alguna vez).


Twitter:@JNMIJANGOS

(Publicado en +Noticiasnet.mx Voz e Imagen de Oaxaca, 30/10/2016, p. 7A)

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